La Universidad Católica “Nuestra Señora de la Asunción” – Campus Itapúa celebró, el jueves 20 de noviembre en la Catedral de Encarnación, la Misa de Acción de Gracias por los flamantes egresados de la Promoción 2024, denominada “Año Jubilar 2025: Peregrinos de Esperanza – 65 Años de la Universidad Católica Nuestra Señora de la Asunción”.
La solemne Eucaristía fue presidida por Mons. Francisco Javier Pistilli Scorzara, Obispo de la Diócesis de la Santísima Encarnación y Gran Canciller de la Universidad Católica. Concelebraron el P. Silverio Britos S.J. y el P. Miguel Verza S.J., acompañados por autoridades del Campus, docentes, familiares, padrinos de promoción y la comunidad educativa.
La celebración inició con una monición que recordó el profundo sentido de gratitud que caracteriza este momento: el cierre de una etapa de estudio, perseverancia y crecimiento personal, enmarcado en los 65 años de vida institucional de la UC y en el espíritu del Año Jubilar, que invita a los egresados a salir al mundo como “peregrinos de la esperanza”.
Las lecturas proclamadas (1 Cor 1, 3-9; Sal 119; Mt 5, 13-16) resaltaron la misión del profesional católico en la sociedad: San Pablo recordó que los estudiantes han sido “enriquecidos en todo conocimiento” por la gracia de Dios. El salmo invitó a conservar la Palabra como luz para el camino. Y en el Evangelio, Jesús entregó el mandato más profundo para un egresado de la UC: “Ustedes son la luz del mundo… hagan brillar su luz delante de los hombres”.
En su homilía, el Obispo felicitó a los graduados y destacó que la ceremonia de graduación es, ante todo, un acto de acción de gracias por los dones y la gracia que Dios ha otorgado a cada uno. Reconoció el esfuerzo, la constancia y los sacrificios realizados durante la formación académica, e invitó a los egresados a vivir este logro con alegría y gratitud, recordando que todo talento recibido es también una responsabilidad.
En el desarrollo de su mensaje, el Obispo señaló que los graduados son enviados como “Peregrinos de Esperanza” en el Año Jubilar. Subrayó que el título profesional no solo confiere conocimientos técnicos, sino una vocación que debe ejercerse con integridad. Basándose en el Salmo 119, recordó que la Palabra de Dios es la luz que guía en medio de dilemas éticos y presiones del mundo actual. Asimismo, retomó el Evangelio para afirmar que Cristo ya los reconoce como “sal de la tierra” y “luz del mundo”, llamados a dar sabor de justicia y servicio, y a iluminar su entorno con honestidad, caridad y compromiso.
Exhortó a los nuevos profesionales a no ocultar sus dones ni temer ser visibles en su vida laboral. Les recordó que la sociedad necesita esperanza en tiempos marcados por la injusticia, la corrupción y el desaliento. Finalmente, expresó que la Iglesia y la Universidad los envían a ejercer sus profesiones como una verdadera misión cristiana, capaces de transformar positivamente la sociedad, manteniéndose siempre firmes y agradecidos.
Al finalizar la celebración, la oración de acción de gracias exhortó a los egresados a llevar al mundo no solo conocimientos, sino una misión al servicio del bien común, prometiendo que la luz sembrada en ellos no será escondida, sino puesta al servicio del Paraguay y de quienes más lo necesitan.
La UC Itapúa, en su 65 aniversario, refuerza su identidad como institución evangelizadora, promotora del desarrollo y formadora de profesionales con valores cristianos.
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